miércoles, 15 de diciembre de 2010

LAS ESCUELAS CLÁSICAS DEL TOREO

 
 
 
 
 
Por: Lcdo. Germán A. Torres R.


Son diversas las escuelas o cortes de  torear que han dado lugar a las derivaciones y estilos técnicos y artísticos que vemos hoy en día pasando incluso por el estilo tremendista, empero me voy a referir a las características de seis escuelas consideradas “las escuelas clásicas del toreo”.

Al estar la fiesta de los toros en una continua evolución nada tiene que ver la escuela rondeña de Pedro Romero con la de Cayetano Ordóñez o la sevillana de Pepe Hillo con la de Diego Puerta. Hay factores que influyen a la hora de interpretar el toreo, como pueden ser: históricos, tradicionales, regionales y  por supuesto, la “raza” del individuo que expresa este arte. Sin tener nada que ver se confunde escuela con regionalismo aunque tenga influencia la idiosincrasia de los pueblos cualquier escuela puede darse en lugares geográficos distintos. 
 
(Foto: Cortesía www.mitaurored.com)

Las diversas formas de expresión toman en cuenta la colocación del torero, definida por la distancia, el cruce y la posición de las piernas o compás; además la expresión geométrica de su trazo y matices personales que les hace diferentes. No hay que olvidar que las características de cada escuela de torear están estrechamente relacionadas y en función de las condiciones y el comportamiento del ganado de bravo que ha existido en las diversas épocas y etapas de la tauromaquia.

La Escuela Gitana: es la más parecida al toreo primitivo en cuanto a técnica. En esta escuela aparecen matices muy diversos, puede entrar en juego la distancia larga como la corta, el quedarse al hilo o cruzado, adelantar o citar retrasado; pero siempre está dotada de una gran belleza plástica, la técnica cumple de manera muy sutil su misión de defensa logrando una gran hondura. En esta escuela se alcanzan las cotas más barrocas de la tauromaquia. En su expresión entran en juego tanto la cintura como las muñecas sin faltarle enriquecer la estética. Ej: Rafael de Paula y Julio Aparicio pero con derivación trianera y rondeña.

La Escuela Rondeña: es la castellana enriquecida estéticamente o viceversa, la castellana es la rondeña simplificada. Su base de expresión es la cintura y el compás abierto. Su cite es oblicuo, medio pecho, y la colocación del torero con respecto a la línea imaginaria que marca el pitón natural es cruzado, por lo tanto, su expresión es curvilínea. En esta escuela se da un binomio casi perfecto, la pureza y la hondura. Esta escuela persigue la perfección y es muy fiel a los cánones, la técnica se utiliza de manera muy equilibrada sin convertir el arte en mecánica, el resultado es de gran clasicismo y de una belleza plástica extraordinaria. Ej: Cayetano Ordóñez El Niño de la Palma.

La Escuela Sevillana: es corta de expresión pero de mucho colorido, donde las líneas curvas aparecen por todos lados, resultando una tauromaquia muy bella estéticamente, más profunda que la cordobesa y aplicable a gran cantidad de toros. En su particularidad de citar de frente  es donde esta escuela alcanza su máxima hondura y esplendor estético. La base de expresión de esta escuela son las muñecas entrando en juego la cintura y el compás ligeramente abierto. Ej: Diego Puerta.
 
Pintura del museo de La Real Maestranza de Sevilla

La Escuela Castellana: es la rondeña simplificada y junto a la cordobesa es la  más sobria de todas en expresión plástica; siendo a la vez de las más puras y, sobre todo, poderosa por mantener el fundamento técnico siempre presente. Es expresada con las muñecas entrando muy poco en juego la cintura. El cite es ligeramente de perfil entre el rondeño y el cordobés. En esta escuela es en la que el torero da más sitio al toro, los recorridos son largos, abundando las líneas semirrectas por estar el torero metido ligeramente en la línea del primer pitón o natural. Ej: Eduardo Dávila Miura y Antonio Bienvenida pero con derivación Sevillana

La Escuela Cordobesa o Amanoletada: podría considerarse una variante del castellano en el que se han acortado las distancias y los recorridos por lo tanto son más reducidos, a la vez, el torero se sitúa más afuera que el castellano, su cite es de perfil, al hilo del pitón. El resultado es una expresión corta y recta que no suele alcanzar demasiada hondura. Es extremadamente emocionante cuando el toro tiene cierto peligro ya que la técnica en esta escuela es liviana y poco defensiva; lo más  importante es  el aguante estoico que demuestran los toreros de este estilo. Se expresa con las muñecas y el compás cerrado o casi cerrado. Ej:  Manuel Rodríguez Sánchez Manolete

La Escuela Belmontina o Trianera: es más profunda que la sevillana, el cite es más enfrentado y se mezclan la gracia sevillana con matices rondeños y algunos toques de gitanería, consiguiendo una expresión extraordinariamente rica en aires barrocos. Esta escuela es expresada con la cintura ayudada por las muñecas y el compás abierto, Ej: Juan Belmonte García.
 
(Dibujo: Enrique Martín)


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